¿Puede mantener la calma en cualquier situación? Mientras los demás siguen con la cabeza en alto, usted ya está trabajando en una solución… ¿Los contratiempos no te deprimen? Entonces tienes una buena dosis de resiliencia en tus habilidades personales.
Qué significa la resiliencia, cómo se puede promover la resiliencia y por qué la resiliencia es una habilidad blanda importante: puede aprender todo esto y más aquí.
Definición: ¿Qué significa resiliencia?
El término «resiliencia» describe la capacidad de hacer frente a las crisis y de utilizarlas como una oportunidad de desarrollo personal. Una personalidad resiliente intenta restaurar el estado mental ante un golpe del destino o una situación estresante.
Alguien que tiene resiliencia puede soportar los contratiempos y el estrés y consigue recuperarse de ellos (rápidamente).
Una metáfora popular de la resiliencia es el hombre de pie: Por mucho que lo empujes, se vuelve a poner de pie después de unos segundos. Una esponja de cocina también ilustra muy bien el principio de resiliencia: por mucho que la aprietes, cuando la sueltas vuelve a su forma original.
La vida nos exige mucho, unos más y otros menos. La resiliencia es la capacidad de levantarse después de cualquier cosa.
Hubo un interesante estudio sobre el tema de la resiliencia entre 1955 y 1995: se siguió a 700 niños nacidos en la isla hawaiana de Kauai durante 40 años. Las psicólogas Emmy Werner y Ruth Smith querían averiguar hasta qué punto las condiciones de vida externas negativas afectan al desarrollo de la personalidad; en Kauai, la mayoría de la población vivía entonces en la pobreza.
Desde el principio, algunos niños destacaron negativamente, especialmente los que se enfrentaban a múltiples factores de riesgo (como padres mentalmente inestables, pobreza crónica o similares). Pero también hubo valores atípicos positivos: Algunos niños se desarrollaron muy bien a pesar de todo y llegaron a tener éxito en la vida.
Durante este estudio, Emmy Werner y Ruth Smith llegaron a una conclusión en particular: para promover el desarrollo de la resiliencia, se necesitan contactos sociales y sistemas de apoyo, como organizaciones eclesiásticas, profesores empáticos o grupos de jóvenes. Por término medio, un entorno familiar educado también suele tener un efecto positivo en la resiliencia de los examinados.
La resiliencia se demuestra: los golpes del destino, las situaciones de estrés o incluso un entorno más bien negativo pueden fortalecer su personalidad, ¿de qué manera? Has sobrevivido a ellas, lo que significa que te has vuelto más resistente y puedes afrontar mejor la situación la próxima vez.
También puede encontrar ejemplos conocidos de resiliencia en el mundo de los libros, las películas y los cuentos de hadas: La historia de Cenicienta está marcada por los acontecimientos negativos, pero no se deja abatir por ellos. Pippi Calzaslargas lucha contra la pérdida de su padre, pero siempre es representada como un personaje alegre. Harry Potter es humillado durante toda su vida, pero se convierte en un joven valiente y simpático a pesar de todo.
¿Tienes una personalidad resistente? ¿Cómo lo hacían los héroes de tu infancia? En el próximo capítulo, te daremos consejos y trucos para fomentar tu capacidad de recuperación.
Los 7 pilares de la resiliencia – ¿Cómo puede fomentar su resiliencia?
Hay factores de protección y factores de riesgo para la resiliencia, es decir, hay factores que tienen un impacto positivo en tu resiliencia y factores que tienen un impacto negativo en tu resiliencia.
Uno de los mayores factores de riesgo es un entorno social deficiente: ya sea la familia, los amigos o el vecindario, si no se encuentra apoyo, es poco probable que se desarrolle una personalidad especialmente resistente.
Pero cuidado: el contacto con los demás puede compensar el estrés y hacerte más resistente, pero los contactos sociales no son ni deben ser decisivos cuando tengas que enfrentarte a un contratiempo. Una persona resiliente puede arreglárselas sola; el contacto social sólo lo hace más fácil.
Los 7 pilares de la resiliencia
Luego están los factores de protección de la resiliencia. Los psicólogos estadounidenses Karen Reivich y Andrew Shatté también describen los factores de protección de la resiliencia como los «7 pilares de la resiliencia«:
- Orientación a las soluciones: una mentalidad orientada a las soluciones fomenta tu capacidad de recuperación: si te centras en las soluciones, puedes resolver el problema más rápido y mejor. Consejo: Acepta el problema: cuando dejes de resistirte a él, podrás centrarte en la solución.
- Orientación a la red: La red social, uno de los mayores factores de resiliencia. ¿En quién puede confiar en situaciones de crisis? ¿Quién está y ha estado siempre a tu lado? ¿A quién puedes pedir siempre ayuda? Pueden ser tus padres, tu mejor amigo, tu tía o incluso un profesor.
- Responsabilidad personal: Este factor de protección es especialmente notable en la fase de transición de la infancia a la edad adulta. Como niño, tus padres son responsables de ti y de tus acciones. Cuanto mayor te haces, más responsabilidad tienes que asumir: como adulto, tú mismo asumes las consecuencias. El factor de protección responsabilidad personal describe la capacidad de afrontar la presión de la responsabilidad por uno mismo y sus acciones.
- Autorregulación: La vida puede jugarte malas pasadas; si dejas que todo te pase, adoptas una mentalidad de víctima. El factor de protección de la autorregulación consiste en reconocer esto y salir de esta actitud de víctima, ya sea de forma activa o pasiva, cambiando la mentalidad.
- Aceptación: Aprende a aceptar la situación. En la mayoría de los casos -en el caso de un golpe de suerte, por ejemplo- no se puede cambiar. Sólo cuando se reconoce la situación se pueden buscar soluciones razonables. La aceptación también puede relajarte: ya no te preocupas constantemente por ello.
- Optimismo realista: El optimismo también es un factor de resiliencia, siempre que sea realista. Tienes que ser capaz de confiar en que puedes resolver los problemas (por ti mismo); las ilusiones no ayudan.
- Planificar el futuro: Los golpes del destino u otros contratiempos suelen formar parte de la vida; si eres consciente de ello, puedes prepararte. Consejo: Cree pequeños planes de contingencia para diferentes escenarios. Saber a quién puedes recurrir con seguridad en caso de problemas financieros puede relajarte y hacer que tu personalidad sea más resistente.
Los 7 pilares de la resiliencia describen los factores de protección que te ayudan a afrontar los contratiempos y te protegen de la vulnerabilidad.
¿Cómo puede fomentar su capacidad de resilencia?
Para fomentar tu resiliencia, puedes seguir los 7 pilares de la resiliencia. Si puedes practicar los diferentes factores de protección, esto aumentará gradualmente tu resiliencia.
¿Cómo se puede proceder? Hemos resumido un consejo de formación para cada factor de protección:
- Orientación a la solución: Aceptar el problema y luego trabajar en una solución. Por ejemplo, puede empezar por desmontar el problema: ¿Cómo surgió? ¿Por qué ha ocurrido? ¿Hubo una causa y un desencadenante? ¿Por qué te molesta tanto? De este modo, irás adquiriendo una visión general de la situación y podrás ver las conexiones, así que no te escondas. ¿Quizá ya se ha dado cuenta de una forma razonable de resolver el problema?
- Orientación a la red: Una red de apoyo social segura es increíblemente importante para ser más resistente. Revisa tu lista de amigos y familiares con mucho cuidado: ¿Quién ha sido siempre un buen oyente? ¿Quién se detiene cuando se ata los zapatos? ¿Quién es siempre el primero en ofrecer ayuda? Tal vez encuentres a alguien así en la escuela, o incluso puede ser la cajera de la panadería de la esquina que siempre te pregunta por tu bienestar. Es importante saber en quién se puede confiar cuando las cosas se ponen difíciles.
- Responsabilidad personal: escucha en tu interior. ¿Tiene mucha responsabilidad? ¿Asume las consecuencias de sus actos? Si no, ¿quién los soporta? ¿Eres consciente de las consecuencias de tus actos? Antes de actuar, debes pensar en las consecuencias de tus actos.
- Autorregulación: ¿el estrés le abruma? No dejes que te deprima y trata de actuar. ¿Cómo se puede reducir el estrés? ¿Qué necesitas realmente en este momento? Puede ayudarte a cambiar tu mentalidad: no veas la situación como un problema, sino que intenta verla como una oportunidad para desarrollar tu carácter.
- Aceptación: No te pases horas o días preocupándote por un problema o un contratiempo, ya que de todas formas no puedes evitarlo. Intenta aceptar la situación para poder encontrar una solución. Eso significa: haz algo en lugar de estar tumbado en la cama como un embrión durante días – te ayudará.
- Optimismo realista: Ten confianza en ti mismo y sé optimista, pero mantén los pies en la tierra. En una situación de crisis, puedes confiar en que puedes manejar el problema. Por ejemplo, si tiene un problema en la oficina, intente no preocuparse por él eternamente. Confía en tu autoestima para poder abordar el problema en la oficina y que se solucione tarde o temprano.
- Orientación al objetivo: Ten siempre en mente el objetivo: quieres resolver la situación. La preparación puede ayudarte enormemente. Por ejemplo, puede crear varios planes de contingencia que le ahorrarán el dolor de cabeza cuando se produzca la crisis. Por ejemplo: ¿Y si no terminas la carrera? – Entonces, o bien estudias otra cosa, haces un aprendizaje, unas prácticas, trabajas y viajas o montas tu propio negocio con tu afición. Un plan B puede ahorrarte mucho estrés.
Si mejora aunque sea uno de los factores de protección de los 7 pilares de la resiliencia, ya tendrá una personalidad más resiliente; esto también es posible si los factores de riesgo, como un mal entorno, intentan impedírselo. No te dejes abatir: los traumas conforman tu personalidad y, si los superas, poco a poco te darás cuenta de que puedes superar de algún modo cualquier situación de crisis.
Aplicación: Por qué la resiliencia es una habilidad blanda importante
En el mundo profesional, la resiliencia es una habilidad blanda que puede facilitarte la jornada laboral: por ejemplo, no dejas que una pila de papeles te desanime y puedes empezar el día motivado.
Su personalidad resistente también puede ayudarle durante varios proyectos: Un revés no significa el final para usted. Mientras otros siguen lamentando el tiempo perdido, tú ya estás trabajando en una solución y buscando una salida.
Lo mismo se aplica a las entrevistas de trabajo: si un reclutador menciona su variado historial laboral o el año en el que cambió de empleador dos veces, puede ver el lado positivo y enfatizarlo; esto también puede ser convincente.
Trabajos que requieren un fuerte sentido de la resistencia
Una personalidad resiliente no es sólo una habilidad blanda importante fuera del trabajo: como ya se ha explicado en el capítulo anterior, la resiliencia también puede ayudarle de muchas maneras en su vida laboral diaria.
Algunos trabajos requieren más resiliencia que otros: hemos resumido tres trabajos que requieren una fuerte personalidad resiliente:
Gestión: No importa en qué sector, como gestor se suele pasar por momentos estresantes. Te enfrentas a problemas, peticiones, quejas y cosas por el estilo, y tienes que mantener la cabeza fría: la resiliencia es especialmente importante aquí para mantener la calma y no perder la visión de conjunto.
Consultoría: Un consultor debe ser resistente para irradiar el optimismo necesario. Hay que tener siempre el objetivo en mente y no dejar de trabajar en él. Su euforia es esencial para que su cliente no pierda la fe en un buen final y quiera seguir trabajando en una solución.
Puesta en marcha: En una empresa emergente, las cosas suelen subir y bajar rápidamente. Sea cual sea el ámbito en el que se trabaje, una buena dosis de resiliencia en forma de optimismo y orientación a la solución siempre es útil. Incluso si las cosas se ven mal, tu personalidad resistente te ayuda a ti y al equipo a no perder los nervios.
¿Listo para su solicitud? A continuación te explicamos cómo hacerla más creativa
Hemos resumido algunas otras habilidades blandas que te ayudarán en tu vida profesional:
- Capacidad para trabajar en equipo
- Competencia intercultural
- Gestión del estrés
- Habilidades de comunicación
- Pensamiento analítico
- Empatía
- Creatividad
- Confianza en sí mismo
- Autogestión
- Facultades críticas
- Habilidades de resolución de conflictos
- Iniciativa personal
- Competencia social
- Competencia de liderazgo
- Mentalidad práctica
- Charla
- Gestión del tiempo
- Franqueza