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Todos somos humanos. En algún momento, a todos se nos ha caído el teléfono, se nos ha quemado una tostada o se nos ha encogido alguna prenda de ropa en la lavandería. El error humano es natural y por eso los errores están bien. Sin embargo, hay ocasiones en las que, por muy comprensibles que sean, los errores no son bienvenidos, como en una entrevista de trabajo.
Si en el pasado has tenido entrevistas fallidas, no seas demasiado duro contigo mismo. Lo importante es que aprendas de los errores cometidos para poder corregirlos en futuras entrevistas. Para ayudarte, nos hemos puesto en contacto con profesionales que han estado al otro lado de la mesa. Les pedimos que compartieran los consejos y comentarios que les hubiera gustado dar a los candidatos después de una entrevista no perfecta. Esto es lo que tienen que decir.
1. Investigar lo suficiente
Sin lugar a dudas, la queja número 1 de los entrevistadores y jefes de contratación es que los candidatos no han investigado lo suficiente, lo cual no es ninguna sorpresa. Demostrar que te has informado sobre la empresa y el puesto al que optas es tu forma de decir al entrevistador que te estás tomando en serio la oportunidad. Según Melissa Carvalho, coach de vida y carrera, “a las empresas les gusta saber que las admiras y que sabes de ellas. [Investigar] puede utilizarse de forma positiva en la entrevista”.
No dedicar tiempo a familiarizarse con la empresa puede hacerle parecer indiferente o apático. Como dice Amanda Augustine, experta en carreras profesionales: “No hay excusa para no saber nada de la empresa”.
2. Identificar éxitos específicos
Si tu principal objetivo en una entrevista es convencer al director de recursos humanos de por qué debería contratarte, debes centrarte en demostrar el valor que puedes aportar a la empresa. “No basta con enumerar tus logros en el currículum”, dice Augustine. “Los empleadores esperarán que seas capaz de hablar de estos logros en detalle durante el proceso de entrevista”.
Stacey A. Giulianti Esq., Directora Jurídica de Florida Peninsula Insurance Co., está de acuerdo, y comenta cómo los candidatos suelen quedarse cortos: “No pueden identificar éxitos específicos que hayan tenido en puestos anteriores. Quiero saber con precisión cómo el candidato hizo que sus anteriores empresas tuvieran más éxito o fueran más eficientes.”
Si tienes problemas para comunicar tus principales argumentos de venta, trabajar con un preparador profesional para entrevistas puede ayudarte a prepararte.
3. Formular las preguntas adecuadas
Todos sabemos lo esencial que es tener consultas preparadas para el inevitable “¿Tiene alguna pregunta para mí?”. Pero proceda con cautela: No vale cualquier pregunta. No es aconsejable preguntar demasiado pronto sobre temas como el salario y las prestaciones, ya que puede dar la impresión de que tu mayor prioridad es el dinero, no el trabajo en sí.
Donna Svei, redactora ejecutiva de currículos para Avid Careerist, ofrece esta justificación para esperar a hacer esas preguntas tan importantes: “Un poco de paciencia puede… dar [al solicitante de empleo] más influencia cuando el equilibrio de poder en la relación candidato/empleador se ha inclinado hacia el candidato”. En otras palabras, espere hasta tener más la pelota en su tejado.
4. Frenar la arrogancia
Tener confianza en uno mismo, sobre todo en una entrevista, puede parecer una tarea hercúlea. Sin embargo, hay quienes van demasiado lejos y acaban expresando arrogancia. Es obvio que, en una entrevista, uno quiere hablar bien de sí mismo; por eso es tan importante estar atento al tono y a las palabras que se emplean, para no caer en la jactancia. “La confianza en uno mismo es atractiva, pero la arrogancia desanima”, dice Augustine. “Los empresarios consideran que tu comportamiento en la entrevista es un indicio de cómo vas a interactuar con compañeros, proveedores y clientes en el trabajo”.
Del mismo modo, cuando hable de su experiencia, evite ser tan enfático que parezca elitista o que lo sabe todo. Ron Humes, Vicepresidente de Operaciones de Post Modern Marketing (Región Sureste), tiene una opinión muy útil: “Ten confianza en tu capacidad Y en tu voluntad de aprender. Está bien que destaques la experiencia relevante que tienes en el campo, pero ten cuidado de que tu confianza no cruce la línea de la arrogancia”.
5. Utilizar un tono positivo
Es fácil sonreír al entrar en la entrevista e intercambiar buenas palabras. Pero a medida que pasan los minutos y las preguntas se hacen más difíciles, esa energía positiva se vuelve difícil de mantener, y es habitual que los candidatos caigan en actitudes que denotan cansancio y negatividad, sobre todo cuando se formulan determinadas preguntas: “Cuando se les pregunta por las tareas que no disfrutaron, muchos candidatos cualificados pasarán la mayor parte de la entrevista quejándose de todas las formas en que su última empresa les decepcionó”, dice Amy McCord Jones, propietaria de Flower Moxie. “Estos desvaríos transmiten que serán un miembro negativo del equipo y que, en general, poseen una mentalidad victimista”.
Mantener el positivismo también se aplica al comportamiento fuera de la sala de entrevistas. Por ejemplo, si fuiste grosero o despectivo con una recepcionista, esa información suele llegar al responsable de contratación y empañar tu actuación en general. Para garantizar una actitud positiva y evitar este tipo de caídas, lo mejor es pensar que la entrevista empieza en cuanto sales por la puerta de casa y no termina hasta que vuelves a casa.
6. Compartir adecuadamente
Tanto si eres un incoherente nervioso como si eres muy prolijo, otro error común en las entrevistas es compartir demasiada información. Es importante ser sincero, pero las salidas de tono y el exceso de detalles no te harán ningún favor. “No comuniques más de la cuenta: Responde de forma concisa (¡practica!) en una o dos frases y pregunta si el entrevistador tiene más preguntas”, dice Marjie Peterson, Presidenta de MACRO.CCS.
Recortar tus respuestas para expresar los detalles más importantes de la manera más eficaz demostrará tus habilidades comunicativas. Además, te hará parecer más seguro de ti mismo.
7. Escuchar al entrevistador o jefe de contratación
Recuerde: Una entrevista es una conversación, no un monólogo. Por supuesto, la mayoría de las preguntas irán dirigidas a usted y tendrá que hablar bastante. Sin embargo, eso no significa que debas ignorar al entrevistador. Humes también habló de esto:
“Muchos candidatos están tan nerviosos por lo que van a decir que se olvidan de demostrar su excelente capacidad de escucha. Permanezca atento mientras el empresario habla, y muéstrese interactivo y genuinamente interesado en lo que tiene que decir. Esto ayudará mucho a demostrar tu capacidad de escucha y aprendizaje, así como tu habilidad para trabajar con los demás.”
8. Sé sincero en tu carta de presentación o currículum
Todos sabemos que mentir en el currículum está mal, y lo mismo ocurre en una entrevista de trabajo. Las cualificaciones exageradas o inventadas pueden engañar al director de recursos humanos y colocarte en un puesto para el que no estás preparado. Sin embargo, la deshonestidad va más allá de las aptitudes inventadas. Ciara Hautau, estratega jefe de marketing digital en Fueled, señala una tendencia en las entrevistas de trabajo en las que los candidatos mienten sobre cosas más pequeñas y menos importantes, como la lectura de ciertas publicaciones, probablemente en un intento de impresionar al director de recursos humanos o de expresar compatibilidad.
Sin embargo, Hautau lo condena, señalando que la pequeña pregunta no rompería el trato, pero sí la mentira: “Como responsable de contratación, quiero asegurarme de que los miembros del equipo que contrato son honestos y directos en su ética de trabajo. Espero que eso se refleje también en las entrevistas”.
9. Priorizar la higiene
“Es un tema delicado, pero muchos candidatos se quedan cortos por cuestiones de aseo e higiene”, dice Ruth Leslie, Directora de Contratación de NuGreen Staffing. Y tiene sentido: las entrevistas de trabajo se basan en la primera impresión, y la higiene puede influir en cómo te ven los demás.
Cuando te prepares para la entrevista, dedica tiempo a prepararte a conciencia, sin escatimar en nada. Después, antes de salir por la puerta, comprueba lo más básico: ¿Llevas el pelo recogido y en su sitio? ¿Te has acordado del desodorante? ¿Todavía tienes aliento a café? Arregla todo lo que no esté bien.
Evita también usar jabones, cremas hidratantes, colonias y perfumes de olor fuerte el día de la entrevista. Como señala Marie G. McIntyre, doctora y orientadora profesional: “Un aroma que a ti te resulta agradable puede ser repelente para otra persona. El entrevistador estará atrapado contigo en una habitación durante una hora, así que es mucho más seguro llevar [ningún aroma]”.
Consejo rápido: ¿Esos hilos en miniatura que te dan en el dentista y que acaban tirados en el fondo del botiquín? Son perfectos para llevarlos en el bolso, la mochila o la cartera. Puede parecer una precaución excesiva, pero créeme, cuando comas un bocadillo rápido y se te quede algo atascado, te alegrarás de tenerlo a mano.
10. Vestir adecuadamente para la empresa
Al igual que la higiene, la ropa que lleva a la entrevista desempeña un papel importante en la primera impresión que causa. Una nota importante, sin embargo: Vestir adecuadamente no es un concepto exclusivamente superficial. Más bien demuestra tu capacidad para observar y adaptarte a diferentes culturas laborales.
La definición de “apropiado” varía de una empresa a otra. Lo que se espera en un lugar de trabajo corporativo tradicional, por ejemplo, probablemente no encajaría en una nueva empresa. Si entras en una entrevista con un traje completo mientras todos los demás van en zapatillas de deporte, demuestras que no encajas con la cultura de la empresa. Así que no se trata de tener un aspecto lo suficientemente “bueno” como para conseguir el trabajo, sino de tener un aspecto adecuado.
Como ocurre con muchas de las cuestiones que preocupan en las entrevistas, la respuesta es investigar a fondo sobre la empresa.
Reflexiones finales para la búsqueda de empleo
Hacer una entrevista no es fácil, y seguro que cometes algunos errores por el camino. Por eso es tan valiosa la opinión del otro lado de la mesa. Si tienes problemas con alguna de estas meteduras de pata, contar con la ayuda de un tutor profesional para entrevistas puede ser la solución.
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